Por Martín Simacourbe
Fotos: M.O. y Prensa VW

La verdad que, a estas alturas, el Vento es un auténtico sobreviviente en el mercado argentino. Entre el ataque de los SUV y las restricciones que sufren los importados, los medianos generalistas son cada vez menos y en unos meses, solo quedará el Toyota Corolla como el único con ventas relativamente dignas.

La lista de defunciones es larga: el Cruze (ver más) se sumará en unos meses a los C4 Lounge, Focus, 408 y Fluence (todos producidos en Argentina). Solo quedan, con limitadas ventas, los Sentra y Cerato mexicanos, una lista corta que en unos meses sumará el regreso del Civic, ahora con motor híbrido.

Por todo esto, con el Vento VW ha decidido dejar únicamente en el catálogo nacional a la versión que hace la diferencia, la GLI con motor de 230 CV, algo único en el mercado nacional, ya que el Corolla GR-S no llega, por potencia, al nivel de deportividad del sedán de Volkswagen.

Las novedades de esta versión 2024 son básicamente tres: un leve retoque estético, la nueva caja y el equipamiento de seguridad, que se ve por fin enriquecido con las ayudas a la conducción.

Por fuera, el Vento GLI estrena nueva parrilla (con el renovado logo de la marca) y paragolpes, con un nuevo diseño para los falsos antiniebla, apenas más agresivos que antes. También hay nuevas llantas y pocos cambios más, como unos escapes (siempre dobles) de mayor tamaño. Lo que se mantiene inalterado es la sobriedad del conjunto, quizás demasiada tranquila para el cliente al que apunta, aunque como he dicho más de una vez, no soy fan del tuneo. Otra particularidad que se mantiene es la ausencia del nombre Vento en la carrocería, algo que sucede ya con varios VW.

Al ser un simple rediseño, los cambios en el interior también son sutiles, aunque hay varios: volante y sus comandos (de esos táctiles, no tan precisos), tablero (con algunas funciones menos, pero siempre digital), multimedia (con más opciones y un manejo impecable) y selectora (de aspecto algo más deportivo). La calidad es similar, con buenos materiales en la plancha y otros que no mantienen el nivel cuando se aleja la vista principal (contrapuertas, bajos y plazas traseras).

Un punto muy valorado es la excelente posición de manejo (butaca y grip del volante, impecables). Atrás hay buen espacio, pero el amplio túnel impide llevar cinco cómodamente. Un detalle, los apoyacabezas laterales no se esconden y limitan la visibilidad.

El equipamiento, de buen nivel general, mantiene cosas interesantes como los asientos ventilados y calefaccionados y ausencias como salida de aire posterior o un techo panorámico (tiene, pero solo en las plazas delanteras).

La motorización sigue siendo la misma 350 TSI que debe su nombre al par que entrega este 2.0 turbo de 230 CV de reconocidísima trayectoria. Sin dudas, uno de los mejores propulsores que hemos probado en la Argentina, con excelentes prestaciones y un rango de utilización sumamente amplio, como para sacarte una sonrisa enorme en la pista y no perderla si vas al supermercado para usar los 510 litros del baúl. 

Lo que cambia es la caja, que se mantiene con el sistema de doble embrague y las levas al volante, pero suma una marcha (ahora siete) en pos de relajar el régimen y bajar los consumos, algo que logra con creces sin perjudicar las prestaciones, que nos dieron calcadas con respecto al GLI que probamos hace cuatro años (ver más).

Una décima más en la aceleración (6,8 segundos gracias al sistema Launch Control) y los mismos 4,0 para recuperar mantienen el nivel de un deportivo de ley como es este GLI. La ganancia viene por el lado de los consumos que bajaron significativamente a velocidades constantes (5,6 l/100 km contra 6,8 en ruta y 7,3 ante 8,4 en autopistas) y también se achicaron en ciudad (11,8 contra 12,2) aunque en menor medida.

Otra cosa inalterada es el comportamiento dinámico, que sigue siendo excepcional y lo mejor que vas a encontrar en un mediano sin irte a ninguna marca Premium. Sin un RCZ, un Scirocco y hasta un 308 GTI, el Vento GLI quedó como el único exponente, aun con esta carrocería clásica, capaz de trazar curvas como un verdadero deportivo, gracias a la precisión que le permite este chasis (con suspensión trasera independiente), una dirección muy directa y los 230 CV bajo el capot. Y pese a las llantas de 18″ y el perfil bajo, no es molesto en el día a día, salvo por algún empedrado abrasivo. 

Donde se ha puesto al día el Vento es en la seguridad, sumando las postergadas ayudas con el combo completito: frenada, crucero y carril. Este último no tiene el mejor de los comportamientos (no lee tan bien las líneas y hay que estar atento), pero el distanciamiento activo es muy preciso. Se mantienen los seis airbags, unas luces muy potentes y una frenada eficiente, en torno a los 38 metros de 100 km/h a 0, una cifra elogiable.

El precio, topeado por el impuesto interno, es de 22.694.750 pesos, muy por encima de los 16.5 millones del Corolla GR-S, que es lo más cercano, aunque está igualmente lejos en prestaciones y comportamiento. Después te podés ir a un A3 o un Serie 2, pero a un valor muy diferente. El GLI quedó como una isla para los que todavía disfrutamos, y mucho, de manejar en serio y cerca del piso. Y hay que apurarse antes que nos tape el agua.

A favor
Comportamiento/Prestaciones
Exclusividad en el mercado
Ayudas a la conducción

En contra
Estética simple 
Gama y disponibilidad
Auxilio temporal

FICHA TECNICA

Motor
4 cilindros, 16 válvulas
Cilindrada: 1.984 cm3
Alimentación: Nafta
Potencia: 230 CV entre 4.700 y 6.200 rpm
Torque: 350 kgm entre 1.500 y 4.600 rpm

Transimisión
Caja: Automática DSG de siete marchas
Tracción: Delantera
Frenos: Disco ventilado/Disco

Tren de Rodaje
Suspensiones: McPherson/Multilink
Dirección: Eléctrica
Neumáticos: 225/45 x 18″

Dimensiones y Capacidades
Largo/Ancho/Alto: 4,747/1,799/1,459 mm
Peso: sin datos
Baúl: 510 litros
Tanque: 50 litros

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