En Argentina conocimos a los Ford Ghia a principios de los ochenta. El Granada que llegaba importado de Europa y el rediseño del Taunus producido aquí traían una versión lujosa con la firma del carrocero italiano, tal como hoy sucede con el Mondeo Vignale.

Ese “sello” llegó pronto al último de los Falcon y casi en paralelo se ofreció en la versión australiana, que para ese tiempo distaba mucho de la nuestra. Luego se lo vio en los Sierra, Escort y Focus fabricados en Pacheco.

Pero muchos años antes, en 1963, hubo un Falcon Ghia que bien podría haber sido parte de nuestra nota de los Falcon que no tuvimos (ver más) o de los Falcon que no fueron (ver más), ya que nunca llegó a las calles.

Esta creación de Ghia, revelada por Motor Trend, apareció una década antes que la empresa italiana fuera adquirida por Ford (de ahí la utilización de esta marca como versión de lujo de los modelos del óvalo).

La actividad de los carroceros italianos para crear ediciones “one-off” era algo bastante habitual y Ghia tomó la base del Falcon original para realizar una creación con sello propio.

A la versión coupé, Ghia le adicionó una tercera puerta tipo fastback, con una gran luneta, además de rediseñar casi por completo cada panel de la carrocería. Lo único que “denuncia” su origen Falcon es el interior.

Se ve que Ghia también pensó en este Falcon como una suerte de Shotting Brake al colocar portaequipajes en el techo e incluso en el portón posterior.

Pese al logrado diseño, Ford no tomó el estilo de esta creación de Ghia para crear una versión de producción en la gama del modelo. Esa opción llegó con el Mustang (que compartía plataforma con el Falcon), aunque con un diseño diferente en la versión Fastback.