Los dos grandes integrantes del Mercosur tienen una industria automotriz bastante cerrada, que se alimenta básicamente de lo producido “puertas adentro”.

En la Argentina, en lo que va del año, casi el 95 por ciento de las ventas son regionales (58 de Brasil, 30 locales, 5 de México y 2 Colombia). Tan solo un 5 por ciento proviene de mercados de Europa, China, Estados Unidos y resto de Asia.

En Brasil la situación es parecida. En el trimestre, Brasil patentó más de 600.000 unidades, mientras que las 16 importadoras afiliadas a Abeifa lograron ventas por apenas 7.500 unidades, una queda del 11,4 por ciento respecto del año pasado.

El presidente de esa asociación brasileña, José Luz Gandini, señaló que el gobierno de Bolsonaro estudia una rebaja del arancel extrazona del 35 al 15 por ciento, con entrada en vigor durante el primer semestre, según rescata el portal local Autoindustria.

Afeiba asegura que la reducción podría anular el alza del cambio y paliar el aumento de costos, que es de casi el 18 por ciento en los últimos 15 meses, situación que en la Argentina es todavía más grave.

Si Brasil cambiara este régimen aduanero, sin dudas sería un golpe para los fabricantes argentinos, a los que cada vez les cuesta más imponer sus modelos en Brasil, su principal destino de exportación.

¿Hay posibilidades de que una medida de estas características se contagie en la Argentina? Cidoa, la asociación que nuclea a los importadores en la Argentina sabe de conquistas (ver nota), así que habrá que estar atentos.