A cinco años de su llegada al país, el Volkswagen T-Cross importado de Brasil adopta su primer rediseño. Hay cambios mecánicos, estéticos y de equipamiento.

El rediseño afecta fundamentalmente a la trompa, con nuevas luces, parrilla y paragolpes. Atrás hay una nueva distribución de las luces traseras que se unen en una tira led y nuevos paragolpes, mientras que las llantas también se renovaron.

Por dentro destaca la nueva pantalla táctil flotante y hay una percepción mejorada de la calidad de los plásticos y las terminaciones. También son nuevos los tapizados.

La gama tiene algunas novedades. La versión básica, denominada antes 170, pasa a llamarse Trendline, mientras que se reincorpora la versión con techo bitono, que llegó en forma limitada en 2019.

En lo mecánico, la mencionada versión de acceso, mantiene el motor 1.0 de 170 Nm, pero pasa de ofrecer 95 a 101 CV, siempre acompañada por una caja manual de cinco marchas.

En cuanto a equipamiento, la Trendline viene con seis airbags y llantas de aleación de 16″, pero incorpora control crucero, sensor de estacionamiento trasero, tablero digital de 8″ y pantalla táctil de 10″.

La Comfortline, ya con el motor 1.0 de 116 CV, 200 Nm y caja automática de seis, suma llantas de 17″, cuatro frenos a disco, acceso y arranque sin llave, tapizado de cuero, cargador inalámbrico, climatizador y cámara de retroceso.

La Highline agrega techo panorámico, tablero digital de 10″ estacionamiento asistido, detector de punto ciego y alerta de cambio de carril. La Bitono suma llantas, techo, barras y espejos en negro.

Además, el Bitono incorpora neumáticos Seal Inside, que permite seguir rodando pese a una pinchadura, aunque con un sistema diferente al Run Flat.

La gama de colores tiene seis opciones: azul, blanco, gris, negro, plata y rojo y otro blanco, solo disponible para la versión bitono. Los precios son de 29.746.000 pesos para el Trendline, de 33.682.000 para el Comfortline, de 36.905.000 para el Highline y de 37.339.000 para el Highline Bitono.