Los positivos números que mostró la industria automotriz argentina, con un notable de aumento en producción con respecto a 2020 (ver más), no pudieron disimular un mal que arrastra el sector desde hace muchos años: la enorme cantidad de autopartes importadas que utiliza para esa tarea.

Se podría decir que en 2021 no se incorporaron nuevas autopartes argentinas a la cadena de valor, ya que el incremento de las autopartes importadas creció 68 por ciento en 2021, incluso por encima del aumento de la producción, que el informe de AFAC (la Asociación de Fabricantes de Componentes) estableció en 65 por ciento.

Con eso, el déficit autopartista volvió a valores que no se alcanzaban desde 2013, con una balanza negativa de 6.828 millones de dólares, un 78 por ciento por encima de lo registrado en 2020.

El resultado surge de la resta entre los 8.210 millones de dólares importados y los 1.363 exportados, valor este que si bien amortiguó el déficit, fue la cifra más baja de los últimos 10 años, salvando 2020 que fue un ejercicio particular por la pandemia.

Las exportaciones del sector fueron fundamentalmente a Brasil, que representa más del 64 por ciento de los envíos. Transmisiones, motores y componentes de motor suponen el 70 por ciento de las autopartes exportadas.

En cuanto a las importaciones, Brasil también es líder, pero en un porcentaje mucho menor. De allí se ingresan el 29 por ciento de las autopartes. El 13 por ciento proviene de Tailandia y el 10 de China. Los tres grupos que se llevan la mayor parte son transmisiones, componentes de motor y eléctrico.

El titular de AFAC, Raúl Amil, manifestó que “tenemos el gran desafío de lograr una mejora sustancial en la competitividad sistémica que genere un fuerte flujo de inversiones hacia las nuevas tecnologías y mayor integración local de piezas”.