El Camel Trophy fue una competencia anual que duró entre 1980 y 2000 (en 1982 Land Rover se sumó a la tabacalera como patrocinador). Fue una de las “marca” más reconocidas del mundo y que asoció como nunca a la terminal británica y a los cigarrillos norteamericanos con la aventura.

Es tal el recuerdo, que Land Rover Classic, la división que se encarga de producir unidades icónicas, fabricará 25 unidades del viejo Defender con el decorado de esta competencia, aunque ya sin el auspicio de la tabacalera.

El Defender “de toda la vida”, que apareció en el mercado británico en 1948 y dejó de venderse en 2016, ya tuvo una edición producida por la división de clásicos en 2017, de 150 unidades.

Esta vez, quienes adquieran una unidad (hay disponibles versiones Station Wagon 90 y 110, es decir las de 3 y 5 puertas) deberán desembolsar un mínimo de 270.000 dólares (el valor del SW 90).

Pero el exorbitante precio incluye una entrada al Land Rover Trophy, una competencia al más puro estilo del Camel Trophy, que se llevará a cabo en Eastnor Castle, el hogar donde la marca prueba y desarrolla sus vehículos.

Los “nuevos” Defender (nada que ver con la última generación, estrenada en 2019, ver más) llevarán un motor V8 de 5.0 litros y 405 CV, caja automática ZF de ocho velocidades y, por supuesto, la tracción integral.

Las unidades estarán pintadas con el clásico tono amarillo, detalles en negro y las llantas de acero de alta resistencia y 16″ en el mismo color de la carrocería.

El equipo todo terreno adicional incluye malacate delantero, jaula de expedición multipunto, portaequipajes, protección de los bajos, toma de aire elevada y neumáticos especiales para barro.

El interior ofrece tapizado de cuero negro, asientos deportivos Recaro con detalles de costuras amarillas y el reloj Land Rover Trophy de Elliot Brown.