Contacto off road: Jeep Wrangler y RAM 2500

Contacto off road: Jeep Wrangler y RAM 2500

Manejamos las novedades de la división americana de FCA en el Off Road Park y comprobamos su excelente desempeño fuera de ruta.

Por Martín Simacourbe
Fotos: M.S. y FCA

Para quienes no lo conocen, el Off Road Park es una pista de pruebas ubicada en el kilómetro 407 de la Ruta 11, casi llegando a Villa Gesell. Como su nombre lo sugiere, es casi un parque de diversiones para los amantes de las actividades fuera de ruta.

Está lleno de senderos y escollos para que las 4×4 se luzcan. Está a cargo de Quique Cammarata, uno de los instructores de todo terreno más conocidos y forma parte de la familia Chrysler desde mucho antes que apareciera Fiat.

FCA mostró sus tres grandes lanzamientos este verano y allí fuimos a manejarlas: son las nuevas generaciones del Jeep Wrangler (ver lanzamiento y nuevos precios) y RAM 2500 (ver lanzamiento) y la versión Ranch de la Fiat Toro (ver lanzamiento).

En el Off Road Park podés hacer todo (o casi todo) lo que nunca vas a poder hacer en la calle. Para el Wrangler es su hábitat natural, pero quizás no muchos puedan relacionar la lujosa propuesta de una RAM con terrenos complicados como los que propone este parque.

La idea era justamente esa. Lejos de un contacto para conocer muchas otras de sus virtudes, la idea era llevarlos al extremo para conocer sus cualidades en caminos de arena. No recorrimos barro o piedras, sino que nos centramos en la geografía que más se consigue en la costa argentina, a la que sumamos luego las dunas de Pinamar norte, donde luego de una cabalgata conocimos en persona a la nueva Jeep Gladiator (ver más).

El Off Road Park tiene caminos de arena de distinta dificultad, pero en todos un conductor con poca experiencia pediría auxilio al instante. Al mando de los instructores, pudimos comprobar como al volante de la nueva Fiat Toro Ranch (con tracción integral) también es posible divertirse fácil y sin riesgos en este tipo de caminos.

Pero la RAM y el Wrangler son otra cosa: tienen una impresionante capacidad para hacer frente a las dificultades. Y eso que lo hacen con dos recetas totalmente distintas: mientras la 2500 cuenta con un torque de 104 kgm y un peso de 3.400 kilos, el Jeep se “conforma” con 36 kgm, aunque acusa en la balanza apenas 2.300 (el 2 puertas).

La brutalidad de la RAM permite algunos errores, pero lo ideal es llevarlo entre 1200 y 1500 vueltas para que a menos de eso el peso no juegue en contra y a mayor régimen las ruedas no “escarben” en exceso. Quienes crean que semejante bicho no puede desenvolverse en los médanos tendrían que haber visto lo que es capaz de hacer en los médanos.

El Wrangler es mucho más sutil. La versión corta, por ejemplo, además del peso, mide casi 2 metros menos de largo y 1,3 metros menos entre ejes que la 2500, además de tener unos ángulos propicios para estos caminos. Es una oruga que trepa y trepa sin titubeos y que en esta generación, como si fuera poco, mejoró aun más las capacidades todo terrenos de la anterior generación.

La vuelta fue corta, pero suficiente como para dejar claro que ante la arena cualquiera de los dos nuevos productos de FCA son muy capaces. Distinto sería un camino muy pedregoso con subidas y bajas, donde el Wrangler, que fue creado para surcar estas dificultades, dejaría en ridículo a la RAM.

Es que la pick up tiene su foco puesto en el lujo. Adentro es una auténtica oficina para seis personas (el asiento delantero central se puede plegar para crear una enorme mesa que separa conductor de acompañante), con muchísima calidad, una pantalla táctil vertical de 12″ espectacular, un sinfín de equipamientos (de confort y seguridad, incluyendo algunas ayudas a la conducción) y muchísimo espacio posterior. Y eso que no estamos hablando de una de sus bondades principales: la capacidad de arrastre.

El Wrangler es casi todo lo opuesto. Ha sido mejorado mucho, sobre todo en la calidad percibida y algunos equipamientos, pero también en el confort de marcha citadino (algo que aun no comprobamos). Pero su mejor cara la muestra allí donde el resto ni imagina transitar. Y allí sigue siendo el número uno indiscutido.

Arrancamos con unas pruebitas sencillas para el Wrangler.

Subimos…

Bajamos…

Y luego nos divertimos en serio.

 También utilizamos la RAM 250o en el parque.

Y la nueva Toro Ranch.

Esto es en el stand de Cariló (un mini Off Road Park a control remoto para niños y no tanto).

Martín Simacourbe
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