La segunda generación del Ford Scorpio no tuvo sucesor, pero no todo fue culpa del llamativo diseño que estrenó en 1994.
Ningún fabricante europeo de los denominados generalistas la ha tenido fácil a la hora de enfrentar al trío de marcas Premium en los segmentos superiores.
En los ochenta, era muy común que todas ofrecieran una variante: Alfa Romeo 166, Citroën XM, Lancia Thema, Opel Omega, Peugeot 605, Renault Safrane y, por supuesto, el Ford Scorpio. Hoy, sin embargo, ninguno de estos tiene un sucesor.
El Scorpio nació en 1985, como sucesor del Granada y repitiendo lo que había sucedido con el Sierra cuando reemplazó al Taunus: borrón y cuenta nueva en el diseño, que adoptaba modernas líneas y una carrocería de dos volúmenes y medio.
Era fabricado en Colonia para todo el continente europeo (se siguió llamando Granada en las islas británicas) y pronto llamó la atención del público y la prensa, que lo galardonó con el premio al auto europeo del año. Se destacaba no solo por sus líneas, sino también por un riquísimo equipamiento, que incluía el ABS, algo no tan común en la época.
En 1988 cruzó el charco y se vendió con como Merkur Scorpio en Estados Unidos. El experimento, que incluyó también a la Sierra XR4 fue un verdadero fracaso.
En Europa, recién en 1989 llegó la variante sedán, mientras que en 1992 debutó la familiar, junto con un leve rediseño frontal y un profundo cambio puertas adentro.
Pero el cambio radical llegó en 1994, cuando el modelo estrenó la segunda generación (que compartía mucho más que la plataforma con la primera).
Ya sin la variante hatch con la que había nacido, el Scorpio mostró un sorprendente diseño con parrilla ovalada (algo que adoptaron varios Ford de esa época), pero también con unos faros de mirada tristona y una cola demasiado americana para el gusto europeo.
Además, el modelo siguió alimentando su equipamiento, algo que lo posicionó muy caro frente a sus alternativas, buscando rivalizar contra los modelos alemanes de mayor renombre.
Las ventas cayeron en picada y el Scorpio no pudo recuperarse. En 1997 se intentó suavizar los problemas de diseño con una máscara oscura para los faros, menos cromados en la parrilla y unos faros traseros que ya no ocupaban todo el ancho.
Ese rediseño apenas duró un año. Ford discontinuó el modelo y archivó para siempre su presencia en el segmento E como marca, porque como grupo, la reciente adquisición de Jaguar y Volvo (conformando el Premier Automotive Group) le permitió seguir participando en ese nicho con los S-Type y S80.
Sin embargo, esa experiencia fue tan negativa como la segunda generación del Scorpio y Ford, una década después, se retiró oficialmente del segmento que había inaugurado el Zephyr en Europa, en 1950.
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KIKELJ PABLO MIGUEL MILAN
15 noviembre, 2024, 9:40 pmCon éste modelo, Ford hizo lo mismo que con el Fiesta y el Escort. Le cambió la piel, pero era el mismo auto que la generación anterior. Con el Fiesta y el Escort la fórmula funcionó. Pero, en éste modelo, donde a mí entender, tenían que poner más cuidado, les salió un diseño estrafalario. Por qué, no sé… Ni siquiera se entiende cómo fue aprobado en la fábrica… Respuestas que nunca tendré…
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