Los automóviles que se vayan incorporando al mercado europeo llevarán de serie un elemento que avisará al conductor que está infringiendo la velocidad máxima permitida.

El sistema tendrá varias opciones para que el conductor elija cómo quiere ser advertido (o el fabricante lo disponga, algo que no queda claro): mediante señales en el tablero, sonidos o vibraciones (pedal o volante).

Pero si el conductor se mantiene por encima de la velocidad permitida, el sistema se encargará de reducirla automáticamente, actuando sobre la respuesta del motor, como lo hacen los limitadores de velocidad actuales, presentes en varios modelos.

Como también sucede en estos dispositivos, el conductor podrá desconectar el sistema presionando con más vehemencia el acelerador, aunque no se descarta que esta función sea eliminada en el futuro.

La normativa estará vigente para todos los nuevos autos homologados a partir de ahora y para todos los que se pongan a la venta desde 2024.

El sistema utiliza las cámaras y el software del control crucero adaptativo con reconocimiento de señales para determinar cuál es la máxima permitida en cada sector.

Además de este sistema, denominado ISA, los automóviles deberán contar también con detección de tráfico cruzado y de fatiga, frenado autónomo, alerta de cambio de carril, alcoholímetro, caja negra y alerta de uso del cinturón en las plazas traseras.