Contacto: Chevrolet Prisma

Contacto: Chevrolet Prisma

Luego de evaluar a fondo el Onix, Tomamos contacto con el nuevo sedán desarrollado y producido en Brasil. Nos subimos a la su versión más equipada.

En el pasado mes de agosto publicamos la prueba del Chevrolet Onix (ver prueba). Ahora, tomamos contacto con su variante sedán, el Prisma, que como aquel, llega al mercado argentino con una única motorización y en dos versiones de equipamiento, siendo el baúl su principal diferencia respecto del modelo de dos volúmenes.

Partiendo de la misma base del Onix, el Prisma se caracteriza por su acertado diseño que a su paso irradia modernidad. Esto se logra, en parte, por contar con un sector frontal que incluye la parrilla doble de la marca y ópticas rasgadas que conforman un conjunto bien resuelto, mucho mejor que en otros Chevrolet.

Como en el hatchback, sus laterales provocan un atractivo efecto dinámico, logrado en parte por las superficies “limpias” de sus puertas y por la zona vidriada en forma de cuña ascendiente hacia el sector posterior.

Justamente, es esa zona la única en la que se diferencia del Onix. El tercer volumen está bien resuelto, evidenciando que el mismo no se trata de un agregado sobre la carrocería del hatch, sino que el Prisma fue concebido originalmente como un vehículo de tres volúmenes.

La adopción del tercer volumen de la carrocería no varía la configuración interna del Prisma, ya que no se altera el diseño (con el tablero mixto y la pantalla del MyLink como principales protagonistas), ni el espacio disponible, con generoso lugar para las plazas traseras. 

La ganancia de este modelo radica, sin embargo, en la capacidad del baúl, que pasa de los 290 litros del hatch a generosos 500 litros. Esta capacidad lo pone a la par de modelos como los Fiat Siena (500 litros) y Grand Siena (520) y los Renault Logan (510) y Symbol (506), además de permitirle superar a otros como el Aveo (390) y el VW Voyage (480).

La posición de manejo es cómoda, aunque demasiado elevada. La butaca posee regulación en altura, aunque debería bajar unos centímetros más. La terminación general es correcta, mientras que el equipamiento dispone de los elementos más importantes, destacándose el aire acondicionado, la dirección asistida, el pack eléctrico, el ordenador de a bordo, el sistema MyLink con pantalla táctil, entrada auxiliar, USB y Bluetooth y las llantas de aleación de 15 pulgadas, que a diferencia del Onix (con terminación negra), se presentan con una terminación de tono gris plata.

Otra de las novedades respecto de su compañero de gama es el sensor de estacionamiento trasero, de gran utilidad debido al generoso volumen posterior y a la acentuada caída de la luneta, características que limitan la visibilidad trasera.

En seguridad, todos los Prisma ofrecidos en Argentina cuentan con airbags frontales, frenos con ABS y cuatro apoyacabezas y cinturones inerciales. Este LTZ suma además luces antiniebla delanteras y alarma, entre otros.

Como el Onix, utiliza el naftero 1.4/8v denominado SPE/4. Suave y elástico, ofrece buena respuesta a bajas rpm, aunque su mayor torque, de 12,9 kgm, lo alcanza a las 4.800 rpm. Además, es silencioso y le permite obtener correctas prestaciones, todas similares a las de su hermano bicuerpo.

El “cero a cien” fue resuelto en 11,8 segundos, mientras que la velocidad máxima fue de 175 km/h. La prueba de 0-400 metros, en tanto, la pasó en 18 segundos, y a los 1.000 metros llegó en 33,5 segundos. El consumo, por su parte, se ubicó en los 10 l/100 km en ciudad, valor que descendió hasta los 8,4 l/100 km cuando transita a 130 km/h, y a 6 l/100 km cuando viaja a 100 km/h. La caja es una manual de cinco marchas y posee un selector que sobresale por sus pasos de cambios cortos y precisos.

El Prisma mantiene el comportamiento general ya analizado en el Onix, es decir, un acertado esquema de suspensiones que le proveen un confortable tránsito por la ciudad, algo que queda demostrado al sortear lomos y cunetas. También le asegura un andar seguro en lo veloz y al encarar curvas rápidas, en las que, sin embargo, acusa marcadas inclinaciones de la carrocería.

A 113.480 pesos, este Prisma LTZ (también está el LT, a 98.430) posee un precio algo elevado teniendo en cuenta su competencia. Por ejemplo, un Grand Siena 1.4 con Pack Top arranca en 101.500 pesos, mientras que un Logan Confort sale 101.300 y un Symbol Expression Pack se vende a 102.200 pesos. El Toyota Etios XLS, por su parte, se ofrece a 106.200 pesos, y el Voyage Highline cuesta 123.900 pesos. La garantía del Prisma es dos años sin límite de kilometraje.

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