Opinion: ¿Fiat y Citroën intercambiaron sus roles?

Opinion: ¿Fiat y Citroën intercambiaron sus roles?

Citroën con modelos populares y Fiat con propuestas que salen de la media. Un cambio que comenzó antes de Stellantis y analiza Martín Simacourbe.

Por Martín Simacourbe

Estoy convencido de que si a la familia C-Cubo (la que da vida a los C3, C3 Aircross y el futuro Basalt) le hubieran puesto el logo de Fiat, nadie se hubiera asombrado demasiado.

Del mismo modo, el “bicho raro” que es el Fastback no hubiera desentonado en una marca que lanzó el DS en la década del cincuenta, el GS en los setenta, el C6 en este siglo y le puso parches de plástico a las puertas del primer C4 Cactus.

Sin embargo, desde hace unos años, los vehículos más populares de Stellantis llevan el doble chevrón en la trompa y las propuestas más radicales en cuanto a diseño, al menos en esta parte del mundo, tienen la banderita italiana en la parrilla (pese a que proteste el gobierno de Roma).

Es más, pienso que si bien Citroën nunca estuvo interesada en las pick ups, de haber desembarcado en ese segmento seguro hubiera adoptado las luces en doble piso y el portón de doble hoja lateral de la Toro, con los que Fiat sorprendió hace ya varios años.

Para colmo, el cambio de chip de esta nueva Fiat no solo incluyó el diseño, sino también ofrecer, como me decía el Director Comercial del grupo esta semana (ver entrevista), algo más que la media de su segmento en términos de equipamiento y motorización, algo para nada frecuente en la historia de la marca que vendió el Spazio, el Siena, el Uno y hasta el Cronos.

Ese “extra” se pudo ver en muchos casos de la historia de Citroën. El C3 original y su segunda generación, que fueran los modelos más populares de la marca en la región, siempre brindaron más equipamiento que sus rivales, algo que cambió radicalmente en esta tercera entrega del modelo.

Citroën llegó a ser tan revolucionara y aspiracional que los DS, que antes formaban parte de su gama, se convirtieron en la marca Premium de PSA, algo que no modificó Stellantis. Pero el costado deportivo (no el lujoso) que supieron ofrecer los DS3 y DS4, hoy es curiosamente ocupado por Abarth, que solo modifica modelos de Fiat.

Ojo, la “culpa” no es solo de Stellantis. Antes de que FCA se uniera con PSA, Fiat le había dado una vuelta de tuerca a sus diseños y ya tenía en desarrollo al Fastback, que terminó lanzando en Brasil la fusionada empresa.

En cambio, la creación de una gama de modelos low cost desarrollada conjuntamente entre India y Brasil para crecer en participación de mercado es toda del nuevo grupo. La transición ha logrado que en una misma gama convivan dos Aircross (C3 y C5) con una clientela que tiene muy pocos puntos en común.

Brasil tiene muchísimo que ver en este trueque. Con ventas consolidadas en ese mercado, Fiat comenzó a buscar ese plus de facturación que no dan los autos populares. En cambio, Citroën, que siempre navegó cerca del fracaso en Brasil, necesitaba meterse en el barro y ganar mercado con precios mucho más accesibles.

Pese a que en breve Citroën lanzará el Basalt con un diseño bastante jugado (ver más), los prototipos globales que mostraron Citroën (ver más) y Fiat (ver más) desde que son parte de Stellantis dan cuenta que el cambio de roles ya está definido. Solo el tiempo dirá si es la estrategia correcta.

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