Opinión: ¿volverá la Fórmula Uno a la Argentina?

Opinión: ¿volverá la Fórmula Uno a la Argentina?

Hace 25 años que no tenemos Fórmula 1 y la cifra promete agrandarse. Convocamos a seis especialistas y amigos de la casa para responderlo.

Por Martín Simacourbe

Esta semana se cumplió un cuarto de siglo de la última carrera de Fórmula Uno en la Argentina (ver más). La presencia de Buenos Aires en el calendario tuvo varios períodos de ausencias, pero ninguno tan largo como el de ahora.

La gran pregunta entonces es si alguna vez volverá la Fórmula Uno a nuestro país y como mi experiencia con la máxima no pasa de un simple entusiasmo (y a veces ni eso), convoqué a seis colegas que, además de saber mucho del tema, son amigos de la casa, tipos que admiro mucho no solo en términos profesionales, sino en la relación que hemos construido en, curiosamente, mis 25 años de profesión.

No solo opinaron sobre por qué no volvió la F1 o si volverá algún día, también contaron su experiencia en esa jornada de 1998. Ellos Matías Antico, Raúl Barceló, Ricardo Dócimo, Oscar Fittipaldi, Pablo Schillaci y Miguel Tillous.

Matías es sinónimo de autos de calle (con pasado en Road Test, Parabrisas, Auto Test y desde hace casi una década al frente de TN Autos), pero es un auténtico fanático de la Fórmula 1 que no se pierde una carrera.

Raúl conduce Desde Boxes por El Garage TV (desde hace 27 años). En simultáneo a la conducción de Coche a la Vista en ATC, relató la F1 para el canal estatal a fines de los ochenta, con Carlos Reutemann como comentarista, además de varias temporadas del WRC.

Ricardo está al frente de EFE1 ininterrumpidamente desde junio de 1995 (en tiempos de América Sport y hoy por El Garage TV), además de ser el creador de varias publicaciones, como Planeta Camión.

Oscar era el director de Corsa en 1998 (ocupó ese cargo por diez años hasta 2000) y luego pasó a la dirección editorial de las revistas Campeones y One (entre otras publicaciones) de 2003 hasta 2021.

Pablo trabaja en ESPN relatando las carreras de F2 y F3 y participando en los programas post clasificación y carrera de Fórmula que se emiten en vivo por Star+. En 1998 cubría su cuarto GP de Argentina, trabajando en vivo para la televisación.

Miguel tiene una larga trayectoria como fotógrafo en Corsa/Road Test y Auto Test, hoy hace fotos para AW y cubre innumerables carreras y encuentros de clásicos. En 1998 cubrió la competencia para la revista y también lo hizo con otros GP en la Argentina, Brasil y Europa.

¿Cómo recordás esa carrera?
MA: Tenía 22 años y ya trabajaba en “esto”, más precisamente en la redacción de la revista Parabrisas. Teniendo todo para asistir incluso como prensa, no recuerdo por qué me la perdí. Pero dije “bueno, para la del año que viene estoy”. Lamentablemente, la F1 nunca volvió, y encima me quedé algo enojado porque si bien me tira un poco el Cavallino, ganó Schumacher, que por entonces mucho no me lo bancaba. Hoy es uno de mis ídolos, pero cuando se impone mucho tiempo un piloto –como ahora Verstappen– me empiezo a irritar.
RB: La recuerdo con nostalgia, no sólo por los 25 años que pasaron, sino porque si bien no estaba anunciado, había un cierto olor en el ambiente a que era una suerte de despedida. Como carrera en sí fue relativamente atractiva: la ida de Schumacher faltando pocas vueltas cuando se pasó de largo; la alegría de los tifosi que en todo el mundo se manifiesta de una manera muy particular; y para los argentinos, sin expectativas, pero sí con esa ansiedad por ver a un jovencito de 19 años, cómo era Esteban Tuero, que estaba integrándose al mundo de la F1 con un auto muy modesto, que incluso tuvo la decepción por el cambio de neumáticos fallido y porque ni siquiera pudo llegar. En definitiva, la F1 estaba en la Argentina, el público seguía dándole el sí y Ferrari volvía a la victoria en un momento en el que no dominaba a la categoría.
RD: El Gran Premio de la Argentina es como la segunda Monza: siempre con el autónomo pintado de rojo. Así que para los tifosi que estaban en la tribuna haber visto ganar a Schumacher fue una cosa impresionante. Recuerdo que se pegó con Coulthard cuando lo pasó en la zona de los mixtos y luego, lloviznado, se fue de pista. Por suerte habían construido una calle de escape y siguió perfecto a cinco vueltas del final. Así que fue súper emotiva. Además, en ese Gran Premio había vuelto a correr un argentino en Fórmula 1. Se dio una piña impresionante al final de la recta principal, pero tampoco se esperaba mucho de su Minardi.
OF: La recuerdo como un gran acontecimiento de repercusión más allá de lo exclusivamente automovilístico, pero obviamente lejos del brillo de los tiempos en que un argentino competía al primer nivel competitivo, como en los tiempos de Fangio y, desde luego, Reutemann.
PS: Había muchas expectativas, pues volveríamos a tener un piloto argentino corriendo en Argentina, más allá que fuera con Minardi, un equipo que por entonces le permitía a muchos jóvenes talentos hacer sus primeras armas en la categoría. A Tuerito toda la previa y exponerse a los medios no le simpatizaba demasiado y su carrera se terminó unas cuantas vueltas antes por un despiste al final de la recta principal. Ver el autódromo colmado y ser parte, desde adentro, de un evento así, ha sido, profesionalmente, una de las experiencias más importantes vividas gracias a la profesión.
MT: Recuerdo que raíz del tema de Tuero, había como una revolución, pero si bien Esteban hizo un gran esfuerzo para ser simpático y ganarse a la gente, saltaba a la vista de que no estaba del todo cómodo haciendo relaciones públicas, firmando autógrafos y todo eso. El disfrutaba arriba del auto y nada más. Después, arrastraba mucho Ferrari y Schumacher, por supuesto, aunque recuerdo otras carreras de Fórmula 1 donde el autódromo reventaba en serio, épocas de Reutemann. Y si bien estaba visualmente lleno, la realidad es que se vendieron muchas menos entradas de las que hubiesen deseado los organizadores.

¿Por qué crees que Argentina no volvió a tener una cita de Fórmula 1?
MA: Posiblemente por las sucesivas crisis que nos alejaron del mundo, o por lo menos de muchas de sus cosas buenas.
RB: Son muchos los temas, los ítems que hay que hacer coordinar para que se lleve a cabo una carrera de Fórmula 1 y Argentina, en términos generales, en esos aspectos, está cada vez más lejos del mundo. No solo en lo económico, también en lo social, en lo político y demás. Y también en lo deportivo. Cuando uno habla de integrarse al mundo, también habla de integrarse en esto y hoy Argentina está prácticamente aislada.
RD: Había una decisión del Gobierno de instalarse en el mapa mundial y el Gran Premio de Fórmula 1 siempre es una herramienta en ese sentido. De hecho, otros países que ni siquiera teníamos idea que existían, gracias a la Fórmula 1 aparecen en el mapa. Argentina no volvió a tener un GP porque ya la situación económica venía en baja y las empresas que en ese momento tenían interés en seguir manteniéndola, aparentemente no tuvieron la constancia para seguir haciéndolo. Había que volver a reformar el autódromo y hacer una inversión muy parecida a la que se había hecho en el 95. El concesionario del autódromo, Salaverry, tuvo una actitud bastante ácida con los organizadores y Bernie Ecclestone, que siempre fue el promotor, se corrió y se lo dio a un grupo europeo interesado, pero no se pusieron de acuerdo y la Fórmula 1 desapareció.
OF: Por cuestiones eminentemente económicas. Demás está hablar de los avatares sufridos por el país desde entonces, pero recuerdo que incluso aquellos grandes premios realizados entre 1995 y 1998 (en tiempos del 1 a 1 con el dólar) resultaron deficitarios para sus promotores.
PS: Si bien había un año más de contrato, la situación económica comenzaba a complicarse. Para los organizadores de la carrera, los resultados no daban los números esperados y las proyecciones no garantizaban siquiera poder salir empatados en 1999. Aunque se intentó, la cancelación de la carrera se anunció con mucho tiempo de anticipación. Desde ese momento, Argentina quedó fuera de un calendario que ante los nuevos mercados explorados por Ecclestone empezaron a acaparar las competencias. Con mayores recursos económicos (algunos circunstanciales) o intereses políticos, infinidad de países nos dejaron fuera del mapa de la F1. En la actualidad, con Liberty Media llevando adelante la organización, que 3 de las 23 carreras en 2023 sean en los Estados Unidos es otra muestra del análisis de mercado que llevan a cabo y de donde conseguirán los recursos para que el negocio les sea más que beneficioso.
MT: En el ambiente había un runrún de que la cosa no venía bien para tener otro Gran Premio en el futuro. Aparentemente, la gente que organizó ese último ese año había perdido bastante plata. Hubo una reunión en la que el concesionario del autódromo pidió una cifra ilógica de plata y Ecclestone obviamente dijo que no teníamos más gran premio. Lo que no recuerdo es si fue antes o después de que Tuero se bajara de la F1, ya que tenía contrato por otro año con Minardi.

¿Qué hace falta para que regrese?
MA: Decisión y apoyo político, además de un plan de inversión, por supuesto. Debería ser parte de una mega estrategia de turismo que generaría importantes divisas para el país. Así lo interpretan muchos países nuevos, devenidos en anfitriones de la categoría, que por el efecto Netflix sumó muchísimo público joven alrededor del planeta.
RB: Hay cuestiones básicas por las cuales hoy Buenos Aires o Argentina no pueden ser sede. Han irrumpido en el mundo de la F1 países muy ricos, con construcciones de mucho dinero, más allá de si los autódromos son atractivos desde lo deportivo o no. Toda la infraestructura requiere de una cantidad de dinero y de disposición gubernamental que en esos países existe, porque quieren mostrarse al mundo. Y en la Argentina eso es algo prácticamente imposible de igualar. Ha cambiado mucho en la Fórmula 1. Hoy hay que estar actualizado en todo aspecto y desde ya el autódromo de Buenos Aires ha quedado vetusto, muy lejos de como son los autódromos donde se corre en la Fórmula 1 actual y por eso es prácticamente imposible que hoy vuelva a nuestro país. Y a eso hay que sumarle que es casi menester imprescindible que haya algún representante y hoy prácticamente no hay pilotos en la Argentina que estén por lo menos en un camino relativamente cercano.
RD: No es un problema el autódromo, ya que la Fórmula 1 puede correr tranquilamente en la calle. Pero se necesitan dos cosas: decisión política y dinero. Y sobre todo lo primero, porque por más que tengas la plata, sin lo otro no conseguís nada. La ventaja es tener a Brasil al lado porque se reduce mucho el costo de logística. A Brasil le saldría mucho más económico y a nosotros bastante menos que a cualquier otro.
OF: Que evolucione sustancialmente la situación económica del país como para que recursos públicos y privados estén al alcance de los elevadísimos costos de traer a un contingente semejante. Pero que además la presencia de algún piloto argentino con pretensiones dignas de proyección y competitividad suscite el suficiente interés como para justificar la inversión.
PS: Los autódromos de San Juan o Termas no están homologados y si así fuera, tampoco resultarían plazas atractivas. Buenos Aires es Buenos Aires, pero con las obras que se están llevando a cabo no será suficiente. La inversión millonaria y a largo plazo debería ser política de Estado. Desde 2009 hasta 2015 fue posible que vinieran el Dakar, Formula E, WTCC, MotoGP y Superbike. Sin embargo, hoy solo el mundial de motociclismo mantiene su fecha. Hubo varios intentos de F1, pero nada prosperó por el nivel de inversiones necesarias. Con los problemas de disponibilidad de divisas, y otras urgencias, es un modelo de negocio utópico.
MT: El autódromo ideal es el de Buenos Aires, pero hay que hacerlo de nuevo, en todo sentido, ensancharlo y volver a utilizar el circuito largo, que era de los más lindos de la F1 en épocas de Reutemann. Todo el mundo quería venir a correr acá. También está el de Termas, pero no es lo mismo que una carrera en Buenos Aires.

¿Creés que vas a volver a ver una carrera de F1 en la Argentina?
MA: Sí. Tarde o temprano va a regresar. Somos un país con tradición fierrera y pilotos emblemáticos. Estoy seguro de que algún argentino volverá a ocupar una butaca y que estaremos otra vez en el interés de la organización. Por mi actividad tuve la suerte de ir a varios GP en otros países. Es un espectáculo excepcional que me encantaría tener en mi país. ¿Deseo de un fan? Sí, claro. Pero como periodista, el convencimiento de que tenemos todo para ser uno de los GP más exitosos del calendario.
RB: No quiero ser pesimista ni pecar de negativista, pero me da la sensación que va a ser muy difícil que vuelva a haber una carrera de Fórmula 1 en la Argentina. Se tendrían que dar una cantidad de situaciones económicas, políticas, sociales, de organización, de dirigentes y de pilotos que puedan estar ahí cerca y con posibilidades de correr. En todas estamos muy lejos. Pero, sobre todo, pensando en que la infraestructura no está, habría que partir desde cero con algo que llevaría muchísimo dinero y que desde el punto de vista gubernamental no deberíamos permitirlo nosotros mismos, por tratarse de una inversión que hoy es requerida por otros sectores de la sociedad argentina y no precisamente para una carrera de Fórmula 1.
RD: Te digo que sí, estoy convencido porque hay una decisión de Liberty Media de recuperar grandes premios clásicos del calendario. Por más que no corra ningún piloto argentino, el autódromo se llena de punta a punta todo el fin de semana. Te garantizo que se agota todo un año antes. Además, tengo entendido que hay un grupo comandado por Aramco, que es la petrolera más grande del mundo y auspiciante de la Fórmula 1, que está queriendo comprar la categoría y grandes premios en forma independiente. Es un nuevo modelo de negocio, que igual depende mucho también de la situación política. Pero estoy seguro de que la Fórmula 1 en la Argentina va a volver. No sé cuándo, primero necesitamos estabilidad.
OF: En condiciones razonables, no
PS: Argentina tuvo tres períodos bien marcados: la época de Fangio y Perón, la de Reutemann y el Automóvil Club y la de la convertibilidad con un mandatario amante de los fierros, más un grupo de empresarios y periodistas convencidos de que volver a tener un Gran Premio era posible. Llevamos ahora 25 años de la última vez y Argentina no figura en el radar. Tenemos a Franco Colapinto en la F3 formando parte de la Academia Williams y, tal vez, pueda ser la puerta de entrada a la mesa de discusión de un calendario en un futuro no muy lejano. Si Liberty Media, o lo que venga, no encuentra en Argentina un mercado atractivo para el conjunto global del negocio, volver a tener una carrera de la máxima en el país no será posible. Pero en un mundo y sociedad tan cambiante, por qué no creer que mientras haya vida hay esperanza.
MT: Creo que lo que hay que hacer es muchísimo, así que no creo que en un futuro cercano podamos tenerla, salvo que la Argentina cambie radicalmente en todo sentido.

3 comentarios
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3 Comments

  • Fernando
    14 abril, 2023, 12:29 am

    Pavada de comentaristas!!! Grossos de verdad, todos!!

    Ojalá vuelva la F1, era muy chico y no pude ir a verla nunca. Me encantaria por más que no haya ningún argentino en la pista.

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  • Adrian Ernesto Diambra
    14 abril, 2023, 11:13 am

    Excelente nota. Un tema del que se habla solo en las charlas del bar con amigos, pero que no se nombra en las grandes esferas. Hoy, la F1 está a un nivel muy alejado de nuestros estándares actuales como país. Lamentablemente, no creo que volvamos a disfrutar de un GP, y lo digo con mucho dolor, por ser fanático de la F1

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