Manejamos el nuevo modelo de Peugeot. Silueta atractiva, motor conocido y un comportamiento dinámico de primer nivel.
Por Martín Simacourbe
Fotos: Juan Lopeteguy y M.S.
Luego del evento de lanzamiento del nuevo Peugeot 408 (ver más), pudimos tener un contacto con el modelo en un recorrido de casi 100 km en la zona norte del Gran Buenos Aires.
Esta es la tercera generación del 408, muy distinta a la original (que se produjo en la planta de Palomar) y a la fabricada únicamente en China para ese mercado, que también era un sedán.
Este fastback es algo más corto que el nuevo 3008, pero también mucho más bajo, aunque mantiene algunos elementos de los SUV, como un buen despeje y pasarruedas con plásticos.
Es una carrocería todavía poco común en nuestro mercado. La tienen modelos de posicionamientos muy distintos, como Basalt, Nivus, Fastback, Arkana y Crown, pero ninguno del tamaño del 408, que llega a casi 4,7 metros de largo.
La belleza es siempre muy subjetiva y habrá quienes lo adoren y quienes no, pero es innegable que se trata de un automóvil muy atractivo, que no deja indiferente al que se lo cruza. La parrilla que se entremezcla con la carrocería, las enormes llantas de 20 pulgadas y la caída afilada del techo contribuyen a ello.
Por dentro repite lo de los últimos Peugeot, con el volante pequeño y el tablero elevado (nunca me siento del todo feliz con esa combinación), a lo que le agrega dos pantallas táctiles: una clásica y otra, denominada i-toogle, para personalizar un acceso más cómodo a las principales funciones.
La calidad es la esperada, con buenos materiales y zonas acolchadas incluso en las puertas, pero el diseño es de la generación anterior a la que estrenaron los nuevos 3008 y 5008 (ver más), con tablero y pantalla formando un único conjunto. Seguramente un pronto rediseño (en Europa el 408 se estrenó en 2022), actualice esto.
La posición de manejo es como el de una berlina tradicional, muy lejos de lo que proponen los SUV, y se puede bajar bastante la butaca. Atrás hay buen lugar para las piernas, correcto a lo ancho y menos generoso a lo alto, por la caída del techo, algo que también condiciona el acceso.
El baúl supera los 500 litros y por debajo hay un auxilio temporal. El portón es eléctrico y se suma a otros elementos de confort como cargador inalámbrico, butaca eléctrica con masajes, techo panorámico corredizo y climatizador doble. En seguridad está en sintonía, con seis airbags, todas las ayudas conocidas y faros matrix led.
La motorización es la 1.6 THP que conocimos en muchos modelos de PSA, incluso en los fabricados en Palomar. Es una mecánica que trajo problemas de manutención (ya resueltos), pero que me encanta.
En este 408, entrega 215 CV, una muy buena potencia para el segmento, aunque recuerdo algunos 308 más potentes, con hasta 270 CV. No medimos prestaciones, pero empuja en serio y en un rango muy amplio, como siempre ha sabido ofrecer esta mecánica, que va acompañada de una caja automática de ocho marchas (con levas) de respuesta inmediata.
Aprovechamos algunos puentes de la Panamericana con tráfico prácticamente nulo para exigirlo y demostró que tiene un comportamiento bien Peugeot, con excelente apoyo de ambos trenes y una dirección franca, como para divertirse de lo lindo al volante entre tanto SUV que no entrega las mismas sensaciones.
No anduvimos por tramos citadinos, aunque tuvimos que eludir más de un pozo en las colectoras y puentes recorridos. Las llantas de 20″ no son la mejor elección para nuestros caminos (en Europa hay opciones de 17 y de 19), pero son las más acordes a lo que demanda el comprador de una versión GT.
Sin rivales a la vista por su diseño, lo más cerca en mecánica y comportamiento es el VW Vento GLi (230 CV salidos de un 2.0 turbo), aunque ya veremos con la prueba completa qué revelan los números de prestaciones y consumos.
El 408 GT cuesta 52.200 dólares, un valor más elevado que los más de 68 millones de pesos (casi 49.000 dólares) que cuesta un Vento GLi (ver prueba), aunque este no paga el 35% de arancel (por ser mexicano) que sí paga el 408 (importado de Francia).
Lo cierto es que con el 408, además de tener un vehículo ciertamente muy exclusivo en nuestro mercado, Peugeot casi que completa una gama idéntica a la europea (solo falta la nueva Partner y el 308, que llega el año que viene, ver más), algo de lo que ninguna otra marca generalista se puede jactar en nuestro mercado.




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