Opinión: qué tiene y que le falta a la Fiat Titano para competir con Hilux, Amarok y Ranger

Opinión: qué tiene y que le falta a la Fiat Titano para competir con Hilux, Amarok y Ranger

Aunque no la manejamos, ya conocimos la Fiat Titano argentina. Primeras impresiones, un poco de historia y un anticipo de lo que viene.

Por Martín Simacourbe
Fotos: Prensa Stellantis y M.S.

En qué lindo despelote se metió Fiat (y toda Stellantis). Podría decir lío para ser menos vulgar, pero no escenifica el tamaño real de lo que enfrentará la Titano en su derrotero comercial, porque irá contra, al menos, tres productos con mucho peso en el mercado argentino.

¿Y por qué se mete? No hay una única respuesta, pero mucho tiene que ver que semejante grupo no puede estar ausente de uno de los segmentos más calientes del mercado (no hablo solo de Argentina).

La estrategia es evidente, debía ser con Ram, que ya está preparando su pick up mediana en Estados Unidos para 2027. Pasa que en el medio, Stellantis, al hacerse cargo de PSA, se encontró con un desarrollo ya avanzado de otra pick up mediana, la que Peugeot ideó junto a Changan.

Queda claro que la filial regional (hablamos de la que controla Argentina y Brasil) no vio con buenos ojos lanzar la Landtrek, pero tampoco le pareció mal desandar el camino hasta la llegada de esa Ram con otra marca: Fiat.

A diferencia de la francesa, la italiana tiene mucha más espalda en el segmento de los utilitarios y, además, su logo puede convivir de mejor manera con un producto que está lejos de ser el más novedoso entre las pick ups medianas.

No tuve la posibilidad de manejar la Titano uruguaya que aún se vende en Brasil, pero las críticas no fueron nada buenas. Stellantis supo entonces (o por ahí ya lo sabía de antes) que había que meter mano en serio y esta versión cordobesa tiene toda la pinta de haber recibido muchos cambios.

Digo esto porque tampoco la manejamos durante nuestra visita a Ferreyra, aunque sí pudimos subirnos y tener una primera sensación antes de presionar el botón de arranque.

Si vamos a lo estético, la Titano luce algo antigua (la Changan Hunter nació en 2020), con una puerta trasera pequeña, pero la trompa es moderna y tampoco es que las pick ups son muy audaces en términos de diseño. Lo que menos me gusta son las enormes manijas cromadas (una herencia muy china). Quedan mucho mejor en el color carrocería de la versión intermedia.

Adentro, hay pros y contras. Stellantis cambió la horrible selectora anterior (otra herencia china), sumó mucha seguridad (frenado autónomo, mantenimiento de carril, crucero adaptativo y frenos a disco traseros), algo de confort (dirección eléctrica, butacas eléctricas, lona marítima y freno de mano eléctrico, aunque debe cargador inalámbrico), pero no pudo hacer mucho con una plancha veterana que mantiene el pianito de Peugeot para acceder a algunas funciones. Atrás no es de las más generosas en tamaño, pero la inclinación del respaldo es agradable.

Decía que no la manejamos, pero entre el motor (un 2.2 turbodiesel Multijet que no es nuevo, pero sí muy confiable y con 200 CV y 450 Nm), la transmisión (manual de seis o automática ZF de ocho, con versiones 4×2 y 4×4) y los cambios en las suspensiones (ahora pensadas para el cliente Mercosur), las cosas deberían ir mucho mejor.

Comercialmente, no tengo dudas que Fiat irá al barro (y no hablo de la doble tracción). La pelea será en el inicio y corazón de la gama (con las Endurance y Volcano), con un motor potente de base (como tiene la S10), mucho plan de ahorro, atractivos financieros y, seguramente, un precio muy competitivo. Por más equipada que esté la Ranch, las Hilux SRX/GR-S y las Ranger y Amarok V6 no entraran en el radar de la Titano.

Tampoco dará batalla, al menos en un comienzo, por la cima de los patentamientos. Me animo a decir que con superar a S10 (que viene creciendo) y a Frontier (que viene bajando), el primer round estará ganado.

Sin confirmación oficial, la frutilla del postre será la llegada de una Ram mucho más atractiva, por más que comparta muchas piezas con el modelo de Fiat. Una política similar a lo que hoy hacen Toro y Rampage, con cambios en el diseño exterior e interior y, quizás, repitiendo lo de tener un motor naftero en la gama (algo inédito en las pick ups medianas regionales). Pero esa será otra historia.

La Titano no es la más moderna, ni la más potente, y todavía tiene el larguísimo desafío de tentar a un cliente que cambia de logo solo si se siente confiado en el producto. Stellantis y Fiat tienen espalda para demostrar que sí, pero el camino no será nada fácil. Si no pregunten en Santa Isabel, que está a solo 15 km de Ferreyra.

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