Desde hace meses que el Ford S-Max dejó de importarse, pero finalmente la marca lo quitó de su página oficial, dando por terminada una historia que nació en 2008.

Ese año apareció en el mercado argentino, dos años después de su presentación mundial. Fue el reemplazante del Ford Galaxy europeo (no confundir con el derivado del VW Santana que vendió Autolatina en la región), un modelo que no llegó al país con el óvalo en la parrilla, aunque sí lo hizo como VW Sharan y Seat Alhambra, ya que compartían el desarrollo.

El S-Max llegó con los motores 2.3 de 161 CV y 1.8 TD de 125 caballos y la posibilidad de llevar siete pasajeros en el interior.

En 2017, nuevamente dos años después de su presentación en Europa, arribó la segunda generación, que modernizaba sus líneas (apoyado en la plataforma del Mondeo) y ofrecía un motor 2.0 de 245 CV.

En la actualidad son muy pocos los monovolúmenes que sobre viven en el mercado argentino. Apenas el Citroën C4 Spacetourer, el Honda Fit y el Mercedes Clase B mantienen esta silueta que también ha perdido terreno ante los SUV en todo el mundo.