Nos subimos al rediseño de la Sportage, que vuelve a ofrecer el motor diésel, una exclusividad en un segmento que está en plena ebullición.
Por Martín Simacourbe
Fotos: F.G. y M.O.
Seguramente no lo sabías, pero Sportage es la denominación vigente más antigua de Kia entre los vehículos de pasajeros. Aunque no la vamos a repasar hoy, la historia de este SUV, con más de 30 años, es un excelente parámetro para conocer cómo fue evolucionando la marca coreana, de aquellos confiables productos de los noventa a los tremendamente atractivos que vende en la actualidad.
Desde 2023, cuando llegó la sexta generación de la Sportage, el modelo ha ido mejorando sus números de venta, primero gracias a la apertura y luego a la baja del impuesto interno, aunque siempre lejos de los puestos de vanguardia.
Ahora, con el rediseño, la marca vuelve a ofrecer la versión diesel, que tenía pocos rivales en la generación anterior y ahora se erige como la única de su tipo entre todos los SUV medianos, un segmento que está recibiendo innumerables novedades gracias al cupo promovido por el gobierno para modelos electrificados.
No habíamos tenido la posibilidad de testear esta quinta generación, así que vamos con una prueba completa al estilo AutoWeb.
DISEÑO/ESTILO
Con esta generación, Kia dividió la oferta de la Sportage: una versión corta para Europa y otra, 14 cm más larga, para el resto de los mercados, incluído el nuestro (lo mismo hizo Hyundai con la Tucson).
El rediseño trajo nuevas ópticas, con un formato ya visto en otros modelos, que dejó atrás el particular formato del anterior (ver más). Se ve que no gustó del todo, pero nadie puede decir que que no era bien personal.
El resultado es un conjunto atractivo y con una mirada más agresiva, además de novedoso en nuestro mercado, donde todavía no se venden otros modelos (casi todos en la gama Kia) que adoptaron estas nuevas luces verticales.
Completan el look unas llantas futuristas al estilo Peugeot 2008/3008 y el limpialuneta escondido bajo el alerón (algo que también comparte con la Tucson).
La Sportage mide 4,66 metros, 17 cm más que la anterior. Es un medida similar a Territory, X55, Koleos, Rav4, CR-V, Tucson o Forester, por nombrar a algunas de cinco plazas.
INTERIOR/CONFORT
El interior es muy similar a lo que ya vimos en el K3, tanto por la disposición de las pantallas como por algunos comandos, incluido el que, con la misma botonera, selecciona audio y climatización, algo no del todo cómodo, aunque uno se acostumbra.
Como es costumbre en la marca, los botones e indicadores son generosos y bien ubicados, pero el diseño es bastante insípido, sin grandes atractivos, salvo por el volante o las manijas de puertas.
Más allá de esto, la calidad de armado, materiales e insonorización es muy buena, típica de los productos de origen coreano, mientras que el equipamiento no muestra fisuras de importancia, con techo panorámico, cargador inalámbrico y butacas ventiladas y calefaccionadas.
El tablero es enteramente digital y muestra la información de forma clara, ya sea con relojes o con una vista minimalista, que apenas cambian de color al elegir el modo de manejo.
Hay buenos lugares para dejar cosas, incluso para los de atrás, que tienen ganchos y salidas USB en los respaldos y hasta una suerte de percha en el revés de los apoyacabezas delanteros.
La postura de manejo es muy cómoda, con butacas eléctricas que van algo elevadas, como en cualquier SUV sin intenciones deportivas. Atrás hay buen lugar en todas las direcciones gracias a un entre ejes que se extendió 9 cm y solo el del medio puede ir algo incómodo por la dureza del respaldo. En tanto, el baúl ofrece más de 500 litros, una buena cifra teniendo en cuenta que por debajo aparece un auxilio homogéneo.
MOTOR/PRESTACIONES
A contramano de Hyundai (que como alternativa al naftero ofrece un híbrido), Kia volvió a apostar por el diesel, una motorización que no ofrece ningún SUV mediano en Argentina y que solo se puede encontrar en TrailBlazer y SW4 si estás buscando un SUV de similar tamaño (aunque con un enfoque muy distinto).
Pese a qué es el mismo 2.0 que el grupo coreano utiliza desde hace varios años en este segmento (con 183 CV y 416 Nm), logramos mejores prestaciones que en nuestra anterior prueba con este diesel y la caja de ocho marchas que suma levas al volante.
Hablamos de 8,5 segundos para acelerar y 5,6 para recuperar de 80 a 120 km/h. Son mejores registros que los de un Jeep Compass T270 con motor naftero y potencia similar.
Además, las mejoras también llegaron a los consumos, ahora con algo más de 5 l/100 km en ruta, poco más de 7 en autopistas y unos 10 en la ciudad.
Son valores muy buenos, porque además las variantes nafteras de este segmento suelen ser bastante glotonas por la unión de motores potentes y unos cuantos kilos en la balanza.
El tema es que ya hay algunos híbridos (y se vienen muchos más con procedencia china), que harán que ese sitio de privilegio que ocupa la Sportage en cuanto a consumos, se vea seriamente amenazado.
COMPORTAMIENTO
La Sportage ha evolucionado mucho en cada generación. Lo que no ha cambiado es el perfil de comprador que busca la Sportage: mucho confort a bordo y buen desempeño dinámico a la hora de la exigencia, sin llegar al nivel de los más deportivos, léase 3008, Tiguan o la flamante Compass Blackhawk (ver prueba).
Pero lo que resalta más allá de la agradable configuración de las suspensiones o la dirección (y la muy buena elección de neumáticos, con un perfil generoso), es la presencia del diesel, una mecánica que perdió la batalla contra las normas anticontaminantes, pero que sigue dando mucho placer tener bajo el capot, con una respuesta desde abajo que muchos turbo nafteros han tratado de emular, pero con un paladar distinto.
Es algo difícil de explicar, porque nadie que se suba a una Sportage quiere bajar tiempos. Y es que justamente la gratificación no la da el cronómetro, sino la dulzura y solidez con la que el cuentavueltas va trepando, ya sea en un sobrepaso exigente o en un simple cambio de ritmo en la ciudad.
Todo con los contenidos consumos del CRDi, que invitan a recorrer largas distancias sin preocuparse por dónde está la estación de servicio más cercana.
Esta Sportage también es 4×4, pero no es tan amiga de salir del asfalto por la configuración rutera de los neumáticos, más allá de contar con modos para nieve o barro, dónde sale airoso gracias a ese torque disponible.
SEGURIDAD
Muy buena dotación ya desde el inicio de gama, con seis airbags y el trío de ayudas: frenado, crucero y carril. Esta tope de gama le suma detector de punto ciego.
Las distintas asistencias tienen un impecable funcionamiento. Me animaría a decir que palo y palo en cuanto a la eficiencia con los modelos de Ford, gracias al centrado de carril y un control crucero que anticipa bien el frenado, sin maniobras bruscas.
La iluminación es impecable y los frenos se mantuvieron en distancias promedio, que no dan para grandes críticas ni elogios.
PRECIO/COMPETENCIA
El valor de este Sportage X-line 4×4 diesel es de 63.000 dólares, 14.000 más que su compañero de gama, poco comparable por la configuración mecánica (naftero y 4×2), además de un menor equipamiento.
Es un precio elevado (más con la última trepada del dólar), que lo deja entre los más costosos del segmento, incluso por encima de las pocas opciones con siete plazas del segmento.
Para colmo, entre los que ya están (BJ30 y H6) y los muchos que vienen, los modelos chinos que tienen cada vez menos que envidiarle a la industria occidental, japonesa y coreana, dejan en evidencia lo caro que están el resto de las opciones.
La trayectoria intachable Kia en Argentina, una posventa acertada y la exclusiva presencia del diesel va a mantener en alto el prestigio que la Sportage supo ganarse con el tiempo, pero la batalla en las cifras de venta va a ser complicada con estos valores.
Lo Bueno
Rediseño atractivo
Espacio interior
Prestaciones
Consumos
Propuesta única
Lo Malo
Off road limitado
Quinta plaza
Interior sobrio
Gama reducida
Precio elevado
FICHA TECNICA
Motor
4 cilindros, 16 válvulas
Cilindrada: 1.998 cm3
Alimentación: Diesel
Potencia: 183 CV a 4000
Torque: 416 Nm entre 2000 y 2750 rpm
Transimisión
Caja: Automática de 8 velocidades
Tracción: Integral
Frenos: Disco ventilado/Disco
Tren de Rodaje
Suspensiones: McPherson/Multilink
Dirección: Eléctrica
Neumáticos: 235/60 x 18″
Dimensiones y Capacidades
Largo/Ancho/Alto: 4,685/1,865/1,680 mm
Peso: 1.771 kg
Baúl: 503 litros
Tanque: 54 litros
EQUIPAMIENTO DE CONFORT
Acceso y arranque sin llave
Butaca con regulación eléctrica
Butacas ventiladas y calefaccionadas
Cargador inalámbrico
Climatizador de doble vía
Control crucero adaptativo
Encendido automático de luces
Llantas de aleación
Pantalla táctil de 12″ con cámara
Portón eléctrico
Sensor de lluvia
Tablero digital de 12″
Tapizado de cuero
Techo panorámico corredizo
EQUIPAMIENTO DE SEGURIDAD
Airbags frontales, laterales y de cortina
Detector de punto ciego
Faros full led
Frenado autónomo
Mantenimiento de carril
PRESTACIONES
Aceleraciones
0-100 km/h: 8,5 s.
0-400 metros: 15,9 s.
0-1000 metros: 30,3 s.
Recuperaciones
80-120 km/h en D: 5,6 s.
Frenada
100-0 km/h: 40,3 mts.
140-0 km/h: 73,1 mts.
Consumos
100 km/h: 5,4 litros/100 km.
130 km/h: 7,3 litros/100 km.
Urbano: 10,1 litros/100 km.
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