Prueba: BMW R 1300 GS Adventure Opción 719 Karakorum

Le hicimos más de 1.800 km a una de las mejores motos del mercado. Una compañera perfecta para viajar sin parar e incluso salir de la ruta.

Informe y fotos: Mariano Cavallaro

Cuatro días. 1.800 kilómetros. Desde Buenos Aires hasta las sierras cordobesas y de regreso, pasando por Río Cuarto, Merlo, El Filo, Villa Dolores, Mina Clavero, Yacanto, Villa General Belgrano y Villa María. Después de semejante viaje, puedo decirlo sin dudar: la BMW R 1300 GS redefine lo que significa viajar en moto.

Lo primero que impacta es su tamaño y presencia: con 269 kg en orden de marcha y líneas que llaman la atención hasta del más distraído, podría intimidar, pero basta con rodar unos metros para descubrir su excelente balance de pesos y la facilidad con la que se deja llevar, incluso en curvas cerradas o el tránsito urbano.

En cuanto al diseño, hay posiciones encontradas entre los que valoran sus novedades y los que, con nostalgia, ven ese faro en forma de cruz (de impecable iluminación) demasiado modernoso, aunque es cierto que la óptica principal de la R viene mostrando desde hace años su irreverencia con ese doble faro asimétrico. 

Pero no todo es estética. También estrena cambios en el chasis: se reemplazó la estructura tubular de acero por una de aluminio y piezas forjadas.

Esta Opción 719 Karakorum (nombre de una cadena montañosa entre Pakistán, India y China) combina el verde de la carrocería con el dorado de las llantas y el manillar, además de algunos detalles en negro y gris.

La posición de manejo es impecable. El nuevo tanque, de aluminio y con 30 litros, es muy voluminoso, pero no molesta, y los asientos tienen calefacción (separado entre conductor y acompañante), lo mismo que los puños, lo que transforma cualquier clima en una anécdota.

Nuestra unidad venía equipada con una maleta con capacidad de 37 litros y 8 kilos (es opcional), con iluminación interna, perfectamente forrada por dentro y con una entrada USB, pero también se pueden adosar otras dos en los laterales (37 litros y 10 kilos cada una), como para salir a la ruta sin temor a olvidar nada. 

La calidad es muy buena, lo mismo que el equipamiento, que ofrece muchísima tecnología en confort y seguridad. El tema es que semejante batería de opciones no permite tener un comando para cada cosa, y muchas de estas funciones hay que activarlas tras varios pasos. Algo lógico, salvo cuando se quieren encender las luces antinieblas o desconectar el sensor crepuscular para circular con las bajas (todo un tema en Córdoba).

El habitual bóxer ahora es más potente que nunca y con 1.300 cc, entrega 145 CV, 149 Nm y una aceleración brutal que permite llegar a 100 km/h en tan solo 3,4 segundos. A más de 200 km/h aún tiene margen para seguir, pero fue suficiente para comprobar su capacidad.

El consumo ronda los 6 l/100 km y ofrece casi 600 km de autonomía gracias al enorme tanque, ideal para quienes aman perderse en la ruta. 

Pero no todo es perfecto. El motor es algo ruidoso y toma demasiado protagonismo debido a que el escape Akrapovic, seguramente por un tema normativo, no es de lo más expresivo.

La transmisión cardánica y el sistema sin embrague sorprenden al principio, pero pronto se vuelven naturales, permitiendo disfrutar tanto del modo automático como del secuencial, con cambios suaves e imperceptibles.

Pese a su tamaño, esa docilidad en el manejo se agradece mucho en la ciudad, pero es en la ruta donde se la disfruta como pocas. Se pueden hacer varios centenares de kilómetros sin ningún tipo de cansancio gracias a una postura muy cómoda y a unas suspensiones que permanentemente van ajustando su dureza, independientemente del modo de conducción elegido. 

Estos son tres de serie (Enduro, Rain y Road) y dos opcionales (Enduro Pro y Dynamic Pro), que tenía nuestra unidad. Pese a que es una rutera excelsa, la R 1300 GS permite aventurarse en cualquier tipo de incursión off-road. Allí, el elevado peso le juega en contra, pero son tantas las ayudas, como la suspensión adaptativa que modifica en 30 mm la altura, que salirse del camino no es un problema, sino una necesidad.

Por si todo eso fuera poco, viene equipada hasta los dientes, tanto en confort como en seguridad: control crucero adaptativo, detección de puntos ciegos, ABS que se adapta a la inclinación, arranque en pendiente, un impecable parabrisas de regulación eléctrica (que alimenta aún más las ganas de salir a la ruta) y un completo tablero TFT con varias vistas y que informa hasta la presión de los neumáticos.

Por encima aparece un practiquísimo cargador inalámbrico para sostener el celular y guiarte con el GPS. Incluso cuenta con freno de mano para bajarte sin complicaciones.

El precio de la R 1300 GS Adventure Option 719 Karakorum es de 50.400 dólares, el más caro de una gama de cuatro versiones que arranca en 46.400. Esta versión compite principalmente contra las Ducati Multistrada V4, Honda CRF 1100 Africa Twin, KTM 1290 Super Adventure R y Triumph Tiger 1200.

Pero la BMW R 1300 GS no es solo una moto: es una compañera de aventuras de lujo. Combina potencia, tecnología, seguridad y un confort que invita a recorrer cientos de kilómetros sin cansancio. Es, sencillamente, una de las mejores opciones para los que sueñan con viajar sin límites.

A favor
Agrado de uso
Tecnología disponible
Motorización y caja

En contra
Acceso a algunos comandos 
Motor ruidoso
Precio elevado

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