La segunda oleada de marcas chinas en Brasil ha llegado con todo. La primera fue hace algo más de diez años y prometía ser contundente, pero un cambio impositivo dejó a sus productos poco competitivos.

Sin embargo, el segundo desembarco no solo trae nuevas marcas y modelos, con varios modelos híbridos y eléctricos, sino también promesas de producción por parte de Chery, BYD y GWM.

Tras algunos anuncios y lanzamientos de modelos muy interesantes y a precios competitivos, pero en segmentos mayores, BYD trajo dos eléctricos en el corazón del mercado. Primero el Dophin (un compacto, ver más) y ahora el Dolphin Mini.

Este hatch, que en otros mercados se vende como Seagull, mide 3,78 metros de largo (10 cm más que un Kwid), 1,72 de ancho, 1,58 de alto y 2,50 entre ejes. Esta última medida lo acerca al segmento B, pero el baúl es del segmento A: 230 litros.

El estilo es bastante particular, con líneas tensas y un zócalo que disimula lo alto que es. Por dentro es sencillo, pero moderno, con un tablero digital, una pantalla táctil que puede girarse y pocos comandos a la vista. Está homologado para cuatro pasajeros, pero en breve llegará una versión con cinco plazas.

El secreto está en su precio, de 100.000 reales, el valor más bajo para un eléctrico y que obligó al Renault Kwid E-Tech a rebajar su valor para hacerle competencia. Es un costo similar al de un Onix, un Polo o el exitoso Hyundai HB20, más grandes pero con motores a combustión.

El motor eléctrico rinde 74 CV y 135 Nm y las baterías le brindan una autonomía de 280 km, una cifra pequeña pero acorde al planteo citadino del Dolphin Mini. Además, pude recargarse con el sistema de cargas rápidas, algo no tan común en los eléctricos básicos.

El equipamiento ofrece 6 airbags, cuatro discos, llantas de 16″, cargador inalámbrico, butaca eléctrica, acceso sin llave y control crucero, entre otros elementos.

Por ahora, el Dolphin Mini llega a Brasil importado de China, pero antes de fin de año comenzará a ser ensamblado en la ex planta de Ford en Bahía, para ya en 2025 iniciar su producción con autopartes locales.

Su llegada a la Argentina es, por ahora, un misterio. Si bien las condiciones para los importados están mejorando día a día, la marca china aún no tiene representante en el país.