El BMW X7 estrena una trompa aún más polémica

El BMW X7 estrena una trompa aún más polémica

Con el rediseño de mitad de vida, la trompa modifica los faros, ahora divididos. También cambia fuertemente el interior y algunos motores.

El ya de por sí polémico diseño del X7, el SUV más grande de BMW, con su enorme parrilla, suma un controvertido diseño para los faros con el restyling presentado en Europa.

No es algo que no hayamos visto en la industria, que ya está plagada de ejemplos con faros divididos, pero sí la primera vez que BMW adopta esta solución, que también llevará el i7, el sedán grande eléctrico de la marca.

En el X7, la sección inferior de los faros va camuflada, ya que el cristal está oscurecido y se fusiona con unas falsas tomas de aire (algo más marcado en las versiones M). Las ópticas superiores son las de circulación diurna.

Por dentro el cambio es mayor, con una doble pantalla (para el tablero y la multimedia) que se unen formando un solo conjunto. También se modifica el volante, salidas de aire y la selectora, que pasa a ser una botonera.

El X7 mantiene su tamaño, con un largo de 5,15 metros, 2,00 de ancho y 1,81 de alto. Ahora hay llantas de hasta 23 pulgadas. La disposición interior también se repite, con tres filas de asientos (puede venir con seis o siete plazas) y portón de doble apertura.

La gama tiene cuatro opciones de motor: una naftera con 381 CV, una diesel de 340 CV y una M naftera con 530 CV. Todos vienen con hibridización ligera, una caja automática de ocho marchas y tracción integral permanente.

La suspensión puede modificarse eléctricamente hasta en 8 cm. Hay versiones con un paquete Off Road en que se puede elegir entre cuatro modos de uso (arena, ripio, piedra y nieve) y diferencial trasero activo.

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