Primer contacto: Jeep Compass

Primer contacto: Jeep Compass

Lo manejamos 300 km en una travesía organizada en el Sur de la Argentina. Estuvimos al volante de la versión tope de gama y esto nos pareció.

Por Facundo García

AutoWeb participó de una travesía off-road que organizó Jeep Argentina por distintos caminos de la Patagonia Norte para probar toda la gama de vehículos que esta marca comercializa en el país. Unimos Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de los Andes y Villa Traful al volante de distintos modelos, pero prestamos atención puntualmente a uno: el Compass. Lo manejamos cerca de 300 km en su versión Limited Plus.

Este SUV mediano acaba de ponerse a la venta en la Argentina, con precios entre 39.900 y 54.500 dólares. Técnicamente, reemplaza al Patriot y se fabrica en Brasil con la misma plataforma de la Fiat Toro y el Jeep Renegade.

Con respecto al Jeep Renegade está un escalón más arriba, ya que es 18 centímetros más largo (mide 4,41 metros en total) y tiene 6 cm más de distancia entre ejes (2,63 m). Y, a su vez, está por debajo del Cherokee, un producto que llegará al país antes de fin de año.  

La calidad de fabricación del Compass es alta, a diferencia de otros modelos producidos en el Mercosur. Las terminaciones son buenas, hay materiales blandos en el interior y, en general, otorga una sensación de vehículo bien construido, sin elementos mal encajados o ruidos molestos en el habitáculo. La insonorización está por encima de la media de los autos regionales.

La posición de manejo adecuada se puede obtener fácilmente gracias a la doble regulación del volante y el ajuste eléctrico de la butaca (es un ítem exclusivo de la versión Limited Plus, la tope de gama). Los asientos son cómodos y el agarre lateral, justo para un vehículo que no tiene pretensiones deportivas.  

Todas las versiones están equipadas con un motor Tigershark naftero 2.4 litros de 174 CV a 6.400 rpm y 229 Nm de par máximo a 3.900 rpm. En la variante probada, se combina con una transmisión automática de nueve velocidades (también hay una opción manual de sexta en la entrada de gama). A diferencia de lo que sucede en la Fiat Toro, la caja arranca siempre en primera marcha.

No es el motor más rabioso, ni la caja más rápida. Los atributos de este conjunto son la suavidad y la precisión. A 100 km/h, roza las 1.700 rpm. A 130 km/h, las 2.200 rpm. El propulsor viaja muy relajado y aun así, es recontra glotón: a una velocidad promedio de 100 km/h, necesita cerca de 8,5 litros cada 100 km. A 130 km/h, se estira a 10,5 litros. Y en tramos citadinos detectamos un consumo por encima de los 15 l/100 km.

Lo mejorcito es el sistema de tracción integral. En condiciones normales, envía la fuerza a las ruedas delanteras. Ante una pérdida de adherencia, reparte el torque entre ambos ejes. Ofrece cuatro modos: Nieve, Barro, Arena y Automático. Además, viene con bloqueo de diferencial, que asegura un reparto de torque equitativo entre ambos ejes. Así, evita patinamientos y pérdidas de fuerza. En el off-road se muestra sólido, bien plantado.

La suspensión es otro punto alto. En el eje trasero tiene esquema multibrazo y su puesta a punto es muy buena. Le pone el pecho sin problemas a todo tipo de imperfecciones en el terreno por el que se circula. Lo pudimos comprobar en los clásicos ripios sureños. Y eso que ofrece un perfil de neumáticos bajo (las llantas son de 19 pulgadas), algo que suele no cooperar con el andar placentero.

En cuanto al equipamiento, se destaca la incorporación de serie de siete airbags, control de estabilidad, volante de cuero multifunción, cámara de retroceso, sensores de estacionamiento, control de arranque en pendiente y pantalla táctil de siete pulgadas. Avanzada la gama, agrega asientos tapizados en cuero, encendido por botón, techo panorámico eléctrico e instrumental digital de siete pulgadas, entre otros elementos.

No es el Jeep más aventurero de la gama, ni el más adecuado para realizar travesías muy exigentes. Su despeje del piso resulta un tanto acotado y, en algunas situaciones, no la pasa bien (se nos desprendió el paragolpes trasero en un vado profundo). Pero se muestra como una buena opción para aquellos usuarios que pretenden un vehículo espacioso, de buen desempeño en ruta, confortable al andar y con licencias básicas off-road. 

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