DISEÑO/ESTILO
El rediseño apenas actualizó sus líneas, con un cambio en el frente, diferente a lo que el modelo ofrece en China, donde se vende como Equator.

Dejó las luces de doble altura para adoptar unas en forma de C que envuelven un plástico negro, que se derrama en una especie de lágrima. Para mí este último elemento está de más, pero como no soy diseñador, no opino.

El porte sigue siendo imponente: la Territory es larga (4,69 metros, 20 cm más que una Taos), pero sobre todo ancha (1,94, 10 cm más). Antes, ese largo era común entre los siete plazas, pero ahora hay muchos ejemplos con ese tamaño y dos filas de asientos, sobre todo de la industria china (Song Pro, BJ30, H6, T1, Captiva, entre otros).

Entre esta SEL y la Titanium hay pocas diferencias: llantas (diseño y una pulgada) y los cromados, que desaparecen en las ventanillas, manijas y barras de techo, porque los de paragolpes y zócalos se mantienen.

INTERIOR/CONFORT
Adentro no hay muchas novedades. Mantiene el diseño genérico de los últimos modelos chinos con la doble pantalla que aglutina un tablero específico para esta versión y la multimedia.

El instrumental es más bien pobretón, con una pantalla central generosa, pero con no tanta data, flanqueada por dos relojes (siempre digitales) para agua y temperatura. El de la versión Titanium es más completo y vistoso.

La calidad está dentro del promedio, con buena insonorización y varias texturas interesantes y otras, como las de la consola central (selectora y demás) de aspecto mejorable.

La caja es circular como en muchos Ford y no hay levas para realizar un pasaje manual de las marchas. Sí cuenta con auto hold, Stop&Start y un freno eléctrico que no se destraba al acelerar. Por debajo, hay una enorme bandeja portaobjetos que se suma a la espaciosa guantera entre asientos.

Las butacas son anchas, con nuevo diseño, y cuentan con un renovado apoyacabezas, también muy amplio. Eso sí, la posición de manejo es demasiado elevada, incluso en la posición más baja.

Lo mejor está atrás. Esos centímetros extra con respecto a otros SUV medianos (Taos, Compass, Corolla Cross, etc.) se ven en las plazas traseras, donde ofrece un living para quienes vayan allí. Hay muchísimo lugar en todas direcciones y ni Ginóbili te va a pedir que adelantes un poquito la butaca. El baúl ofrece 448 litros (no es de los más amplios, aunque cumple) y por debajo aparece el auxilio temporal.

En cuanto a equipamiento, esta versión SEL tiene un salto bastante grande en referencia a la Titanium. Además de lo del tablero, no ofrece climatizador automático, cargador inalámbrico, tapizado de cuero, butaca eléctrica, techo corredizo, sensores de luz y lluvia y portón eléctrico, como lo más importante.

Con solo dos opciones en la gama, por la dotación ofrecida, este SEL se acerca más un base que a un intermedio.

MOTOR/PRESTACIONES
El motor estrenado en la segunda generación no sufrió cambios ahora. Es una mecánica de las tantas que utiliza la industria china con origen Mitsubishi.

Cuenta con 1.8 litros, 185 CV y 320 Nm, buenas cifras para mover sus casi 1.700 kilos. Se combina con la caja automática de siete marchas y doble embrague que, cómo ya dijimos, no ofrece modo secuencial, pero tiene una muy buena respuesta.

Las prestaciones son de 9,6 segundos para acelerar y 7 para recuperar de 80 a 120 km/h, valores muy cercanos a los de Taos (150 CV), Corolla Cross (170 CV) y Compass (175 CV).

Los consumos nos dieron 6,5 l/100 km en ruta, casi 9 en autopistas y más de 12 en ciudad. Es siempre un poquito más gastadora que el resto, sobre todo en la urbe, el talón de Aquiles de muchos nafteros utilizados por productos chinos.

Para los que les parezca mucho y aun sin tener confirmación del motor para Argentina, la versión híbrida, que está a punto de incorporarse a la gama, mejorará sin dudas estos valores.

COMPORTAMIENTO
Como la mayoría de los SUV medianos (salvo algunas excepciones como la Compass Blackhawk, ver prueba), la Territory pone el norte en brindar un elevado confort de marcha, algo que se nota también en caminos de tierra en buen estado, donde se agradece el buen despeje (recordá que es 4×2).

Cumplir en ese rubro con creces (algo en lo que la SEL es más eficiente que la Titanium por los neumáticos de perfil generoso), no le baja la puntuación en lo dinámico, donde se muestra confiable, con buen apoyo, un tren trasero independiente y una dirección que la lleva por donde uno quiere.

No le pidas el tacto de la anterior Tiguan, una 3008 o la mencionada versión deportiva de la Compass, pero para el cliente familiar que gusta del manejo rutero, va sobrada.

La motorización es eficiente en la entrega, con una curva pareja y un torque importante que se hace notar al pisar el acelerador, complementado con una caja veloz que, repetimos, peca de no ofrecer unas levas.

SEGURIDAD
Al igual que en el apartado de confort, en seguridad la SEL resigna muchos elementos. Mantiene los seis airbags, pero no ofrece ninguna ayuda a la conducción o la cámara 360.

Creemos que el frenado autónomo, al menos, debería ser de serie, ya que son varios los rivales que ofrecen un combo más seguro desde la versión básica. En contrapartida, las luces full led son eficientes. La frenada, en tanto, con 41 metros para detenerse de 100 km/h a 0, cumple, aunque sin brillar.

PRECIO/COMPETENCIA
Ya sea en esta versión o en la más equipada, la Territory hizo gala siempre de una relación precio producto muy conveniente. Al cierre de octubre, la SEL vale 46.000.500 pesos (casi 10 millones menos que la Titanium), un valor que está por debajo, incluso, de varios SUV tope de gama del segmento B.

Para quienes buscan un vehículo espacioso y potente, no habría motivo para no recomendar esta versión, salvo por los faltantes de equipamiento. Sin embargo, el enemigo duerme bajo el mismo techo y está a punto de despertar y desatar una guerra interna.

Hablamos de la variante híbrida, que será inevitablemente más atractiva, ya que cualquiera de sus versiones difícilmente tenga menos equipamiento que esta SEL y encima no pagará el 35% de arancel, lo que podría dejarla con un precio aún más competitivo que el de las opciones a combustión.

Veremos cómo salva Ford este dilema y arma una gama en donde todas las opciones mantengan su atractivo.