La noticia no es nueva: el avance de los SUV compactos ha golpeado, sobre todo, a los clásicos medianos, tanto a los hatch como a los sedanes.

En la Argentina sobran ejemplos: Fluence y Focus dejaron de fabricarse, el trío de PSA compuesto de los 308, 408 y C4 Lounge languidece y las ventas de los Sentra y Civic son muy bajas.

Para que te des una idea, en 2019, la relación de patentamientos entre EcoSport y Focus fue de 62/38 por ciento en favor del primero. En Peugeot, la de 2008 ante 308/408 fue de 60/40; en Honda y Nissan de 88/12 para los HR-V y Kicks ante Civic y Sentra; en Citroën 73/27 entre los C4 Cactus y Lounge y solo en VW se mantuvo 50/50 porque T-Cross fue lanzado una vez comenzado el año, mientras Golf y Vento patentaron los 12 meses.

Pero también hay un par de excepciones. La primera es la del Toyota Corolla, un modelo que no tiene que convivir con la competencia interna de un SUV de su precio. ¿Es eso lo que lo hace el mediano más vendido del país por escándalo? No lo sabremos hasta que la marca desarrolle su propio SUV compacto regional.

El otro es el Chevrolet Cruze, el único mediano que, teniendo competencia interna, vende más que su compañero de gama, aunque la tendencia ya viene a la baja: en 2018 los patentamientos de Cruze contra Tracker tenían una relación de 60/40, mientras que en 2019 la brecha se acortó a 52/48.

Claro que para que la balanza se incline para el lado del mediano hay algunas explicaciones. Una podría ser que el modelo producido en la Argentina es de los más modernos, algo de lo que el resto de los medianos que fueron desapareciendo no se vanagloriaban.

La otra razón es que el Tracker llegaba desde México, algo que limitaba sus ventas. Algo similar, aunque con matices diferentes, pasó con el C4 Cactus, que cuando pasó de ser europeo a brasileño, arrasó con las ventas del C4 Lounge.

Ahora que la nueva generación del Tracker se produce en Brasil, se abre el interrogante de nuestro título. Porque seguramente el nuevo modelo tenga más variantes (ver más), más atractivos y mayor disponibilidad que el que venía de México.

Y eso, además de hacerlo mucho más competitivo frente a EcoSport, T-Cross o Duster, también hará que inevitablemente las ventas del Cruze nacional, sobre todo las de las versiones hatch, se vean afectadas.

Quizás por si acaso, o justamente por esto, es que Chevrolet está desarrollando un nuevo modelo en su planta de Alvear (ver más). ¿Será un SUV como muchos dicen, o una pick up de menor tamaño que la S10? Sea uno u otro, lo cierto es que el Cruze parece tener los días contados, aunque esperamos que a esa cuenta todavía le quede mucho.