El Chevy, el modelo ícono de General Motors en su primera estancia en la Argentina, acaba de cumplir 50 años de vida. Fue lanzado el 1 de diciembre de 1969, tras iniciar su producción nacional en agosto, como el proyecto 447.

Su llegada no significó la discontinuación del 400. Este había sido lanzado en 1962 y convivió con el Chevy hasta 1974, cuando salió de las línea de montaje en la planta de San Martín.

El Chevy (que era una nueva generación del 400, todos parte de la línea Nova en Estados Unidos), se posicionaba como una opción por encima del 400 al medir 16 cm más de largo.

Así, el Chevy quedaba a mitad de camino entre las propuestas del segmento más grande de la Argentina, que tenía como animadores a los Falcon (4,60 metros de largo), 400 (4,65), Torino (4,73), Dodge (5,01), Rambler (5,08) y Fairlane (5,10). El Chevy medía 4,81 metros de largo, 1,84 de ancho, 1,40 de alto y 2,82 entre ejes.

Se lanzó con la carrocería de cuatro puertas y dos opciones de motor de seis cilindros que ya se conocían en el 400. Un 3.8 de 130 HP con caja manual de tres marchas y un 4.1 de 155 HP con caja de cuatro velocidades.

A fines de 1970 se lanzaron las versiones Super Sport para el sedán y para la flamante coupé (solo Torino y Dodge ofrecían esta carrocería) con el motor más grande

En 1971 llegaría la caja automática y en 1973 la coupé Serie 2, que mostraba mínimos cambios estéticos y una gama de colores estridente, entre la que se encontraban el amarillo de los taxis y el naranja de Segba, al prestadora estatal de luz. Además, el motor se potenciaba hasta los 168 HP.

En el 74 llegó el Malibú, al tiempo que GM daba de baja de baja el 400 y sumaba el Opel K-180 a su gama para competir con los otros “europeos” de las marcas americanas: el Dodge 1500 y el Ford Taunus.

Del Chevy se produjeron más de 65.000 unidades, hasta que General Motors abandonó el país en 1978. Con el Rambler discontinuado a mediados de la década del 70 y el adiós del Chevy, pronto el segmento de los autos con 5 metros de largo se quedó vacío.

El Dodge fue discontinuado en 1980 con la compra de la marca por parte de VW y en 1982, con el avance de los importados, Renault y Ford dieron de baja a los Torino y Fairlane. Solo el Falcon sobrevivió entre los autos de origen norteamericano.